La cadena alimentaria comprende todos los actores y actividades, desde la producción agrícola primaria hasta el procesamiento, distribución y venta minorista y consumo de alimentos.
Es evidente que el valor en la cadena de suministro de alimentos no se distribuye adecuadamente entre todos los operadores que participan en la misma debido principalmente a las diferencias en el poder de negociación entre los productores agrícolas y ganaderos, siendo los agentes más vulnerables, y sus socios comerciales económicamente más fuertes y de mayor tamaño.
La mejora de la transparencia y la información de la cadena alimentaria resulta trascendental para reforzar la capacidad negociadora de agricultores y ganaderos mejorando así su posición en la cadena de valor. La transparencia en las relaciones comerciales entre sus operadores que será mayor cuanto mayor sea la transparencia de la información que manejan, en especial, la información relativa a los precios.
Aquí es donde resulta fundamental el papel que ejercen las lonjas y las mesas de precios, para que los productores primarios tengan información objetiva sobre los precios de mercado en el momento de poder negociar los contratos con el resto de operadores de la cadena alimentaria.
Estos precios se configuran como un factor crítico para mantener la estabilidad en las relaciones entre los principales operadores de la cadena (sector productor, sector transformador y la distribución). Seguirlos y analizarlos con el máximo rigor y transparencia hará posible prever y detectar a tiempo las oscilaciones y desequilibrios entre la oferta y la demanda, lo que permitirá a los actores de la cadena de valor alimentaria tomar las decisiones más correctas para mantener el equilibrio entre todos sus componentes, y en último término, evitará que los consumidores asuman un sobrecoste injustificado.
El reto es conseguir una cadena alimentaria en la que sus eslabones más débiles, en especial los productores, vean reforzada su posición y obtengan el beneficio que les corresponde a su grado de participación en la generación de valor. Alineado con este reto se encuentra la propuesta del Reglamento sobre los Planes Estratégicos de la PAC que establece en su artículo 6.1.c como objetivo específico “Mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor” incidiendo en dos objetivos fundamentales:
-Mejorar el funcionamiento de las relaciones entre los eslabones en la cadena alimentaria
-Mejorar la transparencia y la información en la cadena alimentaria
Por ello, resulta fundamental, la actividad de las lonjas y mesas de precios, y la información, sobre todo la relativa a los precios, que de ella se deriva.